Manuel Ramírez Tocón | Articulista
Esta frase tan cómica como real, define la sensación de quien se siente ninguneado por las hordas del caballo barato y la gomina de un General sin ejercito.
El que escribe esto lo hace desde el respeto a las libertades de obra y pensamiento y como homenaje a quien fue, para mi, el mejor cómico de este país. D. Miguel Gila.
Oiga, ¿Es el enemigo?. Por favor, que pare la guerra. Que paren los ataques cuyo objetivo es dinamitar un pueblo y su gente, una gente que dispara con las balas por fuera del cañon porque se lo vendieron sin boquete. Un pueblo que no se defendió porque no tenía balas para todo el enemigo.
Oiga, ¿Es el enemigo?, por favor, que pare la guerra. Que le han dado a una señora que no es de la guerra. Que han herido en el honor y en el bolsillo a muchos inocentes mientras se quejais de que os han dado, ¡pues no seáis el enemigo!.
Oiga, ¿Es el enemigo?, por favor, que pare la guerra. Que ya esta bien de tanta chulería del General que se tira todo el día con los prismáticos mirando su futuro y colgándose medallas mientras nos mandan espías vestidos de lagarterana.
Lo malo de la guerra es que matas a muchos, pero claro, como es la guerra no puede intervenir la policia y puedes aparcar los tanques en doble fila que no pasa nada.
Pues nada, Besos al Coronel y que Usted lo mate bien que a mi me queda la resignación de que gracias a la torpeza del pelotón, me han fusilado, pero me han fusilado mal y me levantaré con tiempo de cortar flores para tu fusil.
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