Sólo les Soy un europeísta convencido y lo reitero, aprovechando que viene a cuento por aquello de que acaban de celebrarse elecciones al parlamento de Estrasburgo. Ejerzo en la medida de mis posibilidades como tal desde que era prácticamente un crío y España aún no se había incorporado a la que se denominaba Comunidad Europea. Tenía poco más de 10 años, no exagero, y no es que fuera un niño prodigio, y ya me molaba cantidad eso de hacer del viejo continente una gran nación. ¡Los Estados Unidos de Europa nada menos! ¡Qué chulada! Para muchos una utopía, y ni siquiera bella y deseable; para servidor, una realidad, producto de la necesidad histórica, que terminará por apuntalarse tal y como lo proyectaron hace medio siglo, todavía sin banda sonora de Beethoven inspirada en Schiller, los más idealistas de entre los precursores de la iniciativa, Schuman, Monnet, Adenauer y compañía.
Es cierto que el proceso de construcción europea atraviesa por una grave crisis, pero igualmente lo es que precisa de mucho más tiempo para que pueda verse culminado y, hasta entonces, tendrán que ir sorteándose los mil y un obstáculos que se cruzan en el camino. A fin de cuentas, los EE UU de América, que sirvieron de inspiración para la idea, aunque no sirvan de modelo, no se consolidaron como lo que son hasta prácticamente cien años después de su nacimiento, y con el trauma de una guerra como la de Secesión de por medio.
Lamentablemente, el proyecto de Constitución de 2005 fue un fracaso y el Tratado de Lisboa no colma las expectativas de los que apostamos por una plena integración de los países miembros en lo político y en lo social, mas todo se andará ?el optimismo no es cuestión de frivolidad sino de supervivencia?, como se ha andado desde aquella Europa de los mercados de los años 60 y 70 del pasado siglo hasta la Europa de los ciudadanos de este siglo XXI. Sólo se deben dar los pasos precisos hacia una reforma del entramado institucional que dote a la Unión de un auténtico órgano legislativo y un poder ejecutivo verdaderamente definido con un presidente también elegido por sufragio libre y directo, como mandan los cánones democráticos.
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