Don José Mañas Góngora, digno sucesor de don Juan Rodríguez

Jesús Gutiérrez. Investigador de Temas Barreños.

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A raíz de la publicación en este periódico de mi trabajo sobre la gestión municipal con el titulo “No es la primera vez, pero sí debería ser la última”, un amigo mío me dijo: “¿Por qué no escribes de Mañas, que fue mejor alcalde?

Para complacerle, traigo aquí la semblanza del que fuera digno sucesor de D. Juan Rodríguez Rodriguez. Pero ustedes me van a permitir que antes haga una reflexión: La calificación de bueno o malo es subjetiva y cada uno pone la nota según su punto de vista. Lo que hay que calificar de forma objetiva, es la gestión llevada a cabo a lo largo del mandato de cada uno y cuales han sido los resultados.

Yo, particularmente pienso que, desde el momento en que una persona es elegida, designada o nombrada para un cargo o puesto de trabajo tanto en lo público como en lo privado, y ésta acepta dicho cargo o puesto, lleva implícita la responsabilidad y la obligación de cumplir fielmente, con imparcialidad, honradez y sentido común con el deber que le impone dicho cargo, y en el caso de los alcaldes, como representantes de todos los ciudadanos del municipio, cumplir y hacer cumplir (como dice la fórmula del juramento), las leyes, sin excesos ni extralimitaciones. Y esto, mi querido amigo, dista mucho de los comportamientos incoherentes y arbitrarios que han tenido algunos en los últimos tiempos con su manera de dirigir, gestionar, administrar y gobernar una comunidad de mas de veinte mil habitantes.

¿Qué hubiera sido de Los Barrios si sus dos alcaldes D. Juan Rodriguez y D. José Mañas, considerados, por muchos barreños, como los artífices y promotores del arranque del desarrollo del municipio, en vez de practicar una política económica austera y de ahorro organizando de forma racional la administración municipal, eliminando gastos superfluos e inútiles donde los hubiere, y confeccionando los presupuestos a las exigencias del momento con un asesoramiento técnico y riguroso tanto en ingresos como en gastos para poder salir del caos y de la ruina económica en la que había caído, se hubiesen dedicado a despilfarrar y malgastar el dinero del pueblo en gastos desorbitados, en sueldos a liberados y en contratos de personal de confianza (entre otros) pagándoles cantidades desproporcionadas y fuera de contexto que hasta a la mismísima Leire Pajin se le hubiesen puestos los pelos de puntas?. Aquellos alcaldes no hicieron nada de eso y en cuanto a asesores ya tenían los propios del Ayuntamiento, funcionarios de carrera como el Secretario, el Interventor y el Depositario, auxiliados por una reducida plantilla de empleados preparados, eficientes y responsables capaces de sacar en el menor tiempo posible los asuntos mas complejos que pudiesen plantearse en cada uno de los servicios de la administración municipal. Y por encima estaba como organismo fiscalizador el Servicio Nacional de Inspección y Asesoramiento de las Corporaciones Locales, (hoy el Tribunal de Cuentas de la Junta de Andalucía, mas o menos ¿…?) que no dejaba de pasar ni una. Pero los tiempos cambian.

Dicho lo anterior, pasamos a la semblanza del personaje:

D. José Mañas Góngora, nació en Rioja (Almería) el 11 de marzo de 1.917. Estudió Magisterio. Estuvo casado con doña Adelina de la que tuvieron una hija llamada Juanibel. En 1953 es destinado como maestro nacional, al Grupo Escolar sito en Paseo José Antonio Primo de Rivera, hoy Paseo de la Constitución, Hogar del Pensionista. En el año 1.954 fue elegido concejal por el Tercio de Representación de Entidades Culturales y Económicas. El 25 de marzo de 1955, a la muerte de don Juan Rodríguez Rodríguez, como primer Teniente de Alcalde, se hizo cargo accidentalmente de la Alcaldía y el 15 de Diciembre del mismo año, tomó posesión de la misma en propiedad estando en el cargo hasta el 23 de Febrero de 1.970. Ha sido hasta la fecha el alcalde que ha estado mas tiempo en el cargo, cerca de 15 años. Durante todo este tiempo compartió el despacho de los asuntos municipales con su clase de maestro, desde donde, además, ayudó, dando clases particulares, especialmente de la asignatura de matemáticas, de forma altruista, a muchos jóvenes, brillantes estudiantes, hijos de las familias menos favorecidas económicamente y con menos protección social a sacar sus estudios adelante para posteriormente labrarse su porvenir. Le gustaba el bricolage y su “hobby” era el cine al que acudía con su mujer e hija todas las noches en verano al “Cine Salón-Verano”, ubicado en la Vega Maldonado donde tenía reserva de sillas. No se le pudo demostrar que no pagara las entradas por lo que no se le pudo acusar de “cohecho activo ni pasivo”. No cobraba sueldo ni llevaba escolta ni chofer. Solucionaba los asuntos por medio de escritos y teléfono. Cuando tenía que –para asuntos de suma importancia- viajar a Cádiz lo hacía en taxi, como el Presidente de la Comunidad Autónoma de Cantabria, claro que Mañas no llevaba anchoas. A la vuelta del viaje se tomaba en la venta “La Barca de Vejer”, –sitio de parada obligada en aquéllos entonces- un bocadillo de lomo en manteca y un café. Tenía un mecano “biscuter” que se tiraba mas tiempo dentro que fuera del taller.

Asesorado por D. Pedro Dávila Carrizosa, Secretario de la Corporación y un profesional como la copa de un pino, quien había llegado al cargo no hacía mucho tiempo, y con quién, dicho sea de paso, en un principio las relaciones alcalde-secretario no fueron extremadamente cordiales, cosa mas que comprensible por cuanto no compartían los mismos ideales políticos. Sin embargo, llevados del buen juicio y del sentido común, llegaron a entenderse a las mil maravillas, hasta el extremo de que el pueblo, por aquello de la campaña que emprendieron para acabar con el chabolismo, los bautizó con los sobrenombres de “Pepe Tunas” y “Pedro Chumbo”, y codo con codo sacaron adelante, con mucha ilusión y dedicación, los asuntos que habían quedado pendiente a la muerte de D. Juan Rodríguez y los posteriormente emprendidos por Mañas. Hay que señalar aquí que las obras fueron hechas, casi en su totalidad, con recursos generados por el municipio, o lo que es lo mismo, con dinero de los barreños, ya que en los años de que hablamos el Estado tenía que acudir a otras zonas que habían sido mas castigadas y desvastadas por la contienda civil.

Entre las obras realizadas durante el mandato del alcalde Mañas, y las recibidas sin terminar del anterior alcalde, caben resaltar las siguientes:

-Terminación de la traída al pueblo del agua potable con implantación de la red de distribución a domicilio.

-Biblioteca Municipal (única que existe).

-Construcción de la carretera de circunvalación al pueblo (hoy Avenida Alcalde don Juan Rodríguez).

-Alcantarillado, acerado y pavimentación de las calles del pueblo y de las barriadas.

-Mercado de Abastos.

-Cementerio y Clínica de Palmones.

-Viviendas para funcionarios municipales.

-Escuelas y viviendas para maestros.

-Viviendas sociales para suprimir y acabar con el chabolismo.

-Aprobación por el Ayuntamiento de una Ordenanza para la cesión de solares en condominio a las familias mas necesitadas y carentes de vivienda para que dichas familias concesionarias se auto-construyesen sus propias viviendas. De dichos solares se cedieron cientos de ellos, situados en las barriadas hoy mas populosas del pueblo, Los Cortijillos y Palmones. El precio de la cesión era de 0,50 céntimos (de peseta) el metro cuadrado de terreno a pagar por año y durante 50 años.

-Ordenación y regulación del patrimonio con redacción del inventario general de bienes del municipio (anteriormente inexistente).

-Fundación del Pósito Municipal, que como especie de una caja de ahorros o banco prestaba dinero a los vecinos a bajo interés (hoy desaparecido).

-Rectificación y modificación de la plantilla de funcionarios y la formación del escalafón de los mismos (anteriormente inexistente), con reconocimiento para ellos de todos los derechos sociales, incluso, por acuerdo del Ayuntamiento Pleno, se les reconoció el derecho a percibir una tercera paga extraordinaria cada año a satisfacer con motivo de las fiestas patronales.

-Bajo la estricta supervisión del Secretario, ordenación del archivo de documentos el cual se encontraba en una situación de temeraria dejadez y abandono que ponía en peligro la historia de la administración municipal y del pueblo.

– Y por último, y para no extenderme demasiado, la redacción por Secretaria de la memoria reglamentaria, comprensiva de toda la gestión realizada por la Corporación Municipal durante el año, la cual era aprobada por el Ayuntamiento pleno y visada por la Dirección General de Administración Local y que se distribuida entre los vecinos del pueblo para general información y conocimiento. Desde la década de los 70 del siglo XX, no se publica tal memoria reglamentaria si bien en los primeros años de mandato del alcalde Miguel Domínguez Conejo, se publicaron unos boletines informativos que nada tenían que ver con la memoria redactada por el Secretario.

Dejada la alcaldía se marchó a Málaga para que su hija continuase sus estudios en la Universidad, con tal fatalidad que un día pasando por un paso de peatones, un autobús lo arrolló muriendo en el acto. A su muerte, después de cerca de 15 años de alcalde de Los Barrios, no se le reconoció patrimonio que pudiese suscitar dudas sobre su ética, honorabilidad y honradez.

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