El Estado contra el Ciudadano

>
 

Antonio Pérez Girón | Periodista y escritor

El director estadounidense Oliver Stone se ha constituido o, al menos lo intenta, en la conciencia de su país, la primera superpotencia mundial. La serie que hace unos días estrenó en Televisión Española, “La historia no contada de los Estados Unidos” pone en tela de juicio la versión oficial, la que acabó imponiéndose en torno a la guerra de Vietnam, a pesar de la gran contestación de amplios sectores sociales de la época, o con el innecesario lanzamiento de las bombas atómicas contra Japón.

Grandes mentiras para grandes hechos que marcaron la historia de muchos pueblos. El Estado contra el ciudadano, las verdades condenadas al silencio, que sólo a veces, parcialmente salen a la luz cuando el propio Estado lo permite.

Algunos ejemplos. En 1997 el Departamento de Defensa de Estados Unidos hizo público un informe en el que se revelaba que, entre los años 40 y 50 del pasado siglo, se había experimentado con radiación sobre sus tropas y con sectores marginales de la población: esquimales del estado de Alaska, negros con bajo coeficiente de inteligencia y niños deficientes. También suministró alimentos con radiación a objetores de conciencia de la religión menonita.

Aléxei Yáblokov, miembro de la Academia de Ciencias de Rusia, desveló ese mismo año, que la antigua URSS realizó explosiones nucleares con fines económicos en 150 lugares, muchas veces cerca de poblados y de ríos, sin advertir a la gente y sin medir las consecuencias sanitarias y ecológicas.

También ese año la sociedad sueca se vio convulsionada por las revelaciones hechas por el periodista Maciej Zaremba, quien demostró que 60.000 mujeres fueron esterilizadas en los años 30 del siglo XX, siguiendo directrices más propias de los nazis que de las sociedades democráticas. Según algunos historiadores el fin fue la eliminación de los tipos raciales “inferiores” y fomentar los caracteres arios. Dentro de las consideraciones de “inferiores” y, por tanto, susceptibles de esterilización se encontraban los miembros de familias pobres con dificultades en el aprendizaje. Las operaciones comenzaron en 1935 y no fueron interrumpidas hasta 1976. Las víctimas fueron obligadas a firmar la autorización para la intervención quirúrgica bajo la amenaza de perder sus hijos u otros beneficios.

Otro Gobierno democrático, el del Reino Unido aceptó a finales de los años 60 un soborno de 5 millones de libras por expulsar a la población del archipiélago de Chagos, colonia británica en el océano Índico, con el fin de que Estados Unidos pudiese construir en la mayor de las islas, Diego García, una base militar. El acuerdo entre el Gobierno laborista de Harold Wilson y Estados Unidos fue ocultado al Parlamento británico y al Congreso norteamericano. Los habitantes fueron deportados a partir de 1965 a la isla de Mauricio y las Seichelles. El Reino Unido cedió la isla por 50 años a cambio de una subvención secreta para el desarrollo del programa de misiles nucleares Polaris de los submarinos británicos.

En 2002 se conocieron los diferentes casos de leucemia en soldados que habían intervenido en la guerra de la antigua ex Yugoslavia. La enfermedad afectaba a militares de nueve países, entre ellos España. La utilización por parte de la OTAN de más de 30.000 proyectiles con uranio empobrecido fue señalado como la causa de la enfermedad, que también afectó a la población civil.

¿Es posible que en una sociedad avanzada como Japón se emplee a mendigos como esclavos nucleares? Las empresas niponas reclutaban indigentes para limpiar centrales atómicas sin advertirles del peligro. Práctica que continúa en la actualidad.

Son sólo algunos ejemplos de expedientes “desempolvados”. Demostraciones del desprecio de los gobiernos por sus propios ciudadanos, especialmente por los más indefensos.

Oliver Stone ha tocado la fibra más sensible e incómoda. Una nación democrática con métodos totalitarios. Adalides supuestos de la libertad, que merecían ser presentados ante el Tribunal Internacional de los Derechos Humanos. Dolor y destrucción de otros pueblos invadidos o sutilmente sometidos contra su propia voluntad. Engaño permanente y pérdida de soberanía a favor de los grandes poderes económicos internacionales, donde los ciudadanos se convierten en meras marionetas de intereses que le son ajenos.

Todo ello obliga a un compromiso sin fisuras contra toda práctica que reduzca la libertad y la justicia social. En la época de la revolución tecnológica continúan presentes situaciones que parecen fuera de tiempo y de lugar y que exigen una respuesta ciudadana y de intelectuales como Stone, convertidos en conciencia de los gobiernos, comenzando por el de su propio país.

Noticias de la Villa y su empresa editora Publimarkplus, S.L., no se hacen responsables de las opiniones realizadas por sus colaboradores, ni tiene porqué compartirlas necesariamente.

Noticias relacionadas

 
23 marzo 2024 | Rafael Fenoy Rico
NO a las Guerras 1 de abril 1939
 
20 marzo 2024 | Patricio González García
Por si acaso