Antonio Pérez Girón | Periodista y escritor
El alcalde de Algeciras Emilio Santacana tuvo la habilidad de valerse de la celebración de la Conferencia Internacional, celebrada en la ciudad en 1906, para publicitar su lucha por situar al puerto al nivel que la población requería. Supo aglutinar en ese momento todos los proyectos que supusieran la construcción de unas instalaciones que creía vitales para el desarrollo de su municipio y la conexión peninsular con Marruecos. Si el ferrocarril llegado unos años antes significó un revulsivo, no podía olvidarse que era el puerto el potenciar natural de la localidad.
Santacana no tardaría en recoger el fruto de su esfuerzo y convicción. Una real orden del 10 de agosto de 1906 creaba la Junta de Obras del Puerto de Algeciras.
La iniciativa municipal apoyada por el comercio y la industria no era nueva. Ya en abril de 1842 los regidores síndicos Agustín Bustamante y Valentín Saenz habían presentado una iniciativa solicitando las instalaciones portuarias que la ciudad merecía y que vinieran a sustituir al muelle construido en la orilla norte del río de la Miel. Todo ello, incluido el malecón de la Marina levantado en 1875, desapareció en 1893 cuando la compañía ferroviaria de Algeciras-Bobadilla construyó un muelle de madera para hacer llegar hasta ese punto la locomotora. A pesar de ello resultaba insuficiente: había que levantar un muelle de piedra que llegase hasta La Galera.
Sin embargo, fue Santacana, un ilustrado perteneciente al Partido Liberal, quien supo interpretar la necesidad de progreso y el momento oportuno para plantearlo. El pequeño puerto que a finales del siglo XIX contaba con dos muelles reducidos, era muy poco para una ciudad que miraba al mar.
En mayo de 1913 el ministro de Fomento Miguel Villanueva inauguró las obras del muelle Alfonso XIII, que continuaría siendo el muelle de La Galera. Diversos proyectos fueron culminándose, alcanzando hasta la década de los 30, período en que se construiría el rompeolas de Isla Verde.
A mediados de los años 60 del siglo XX, el enganche del Campo de Gibraltar a los planes de desarrollo puestos en marcha por el Gobierno, en buena medida favorecido por el conflicto abierto por la colonia de Gibraltar, llevaría a un crecimiento espectacular del puerto, sobre todo por los productos generados en la refinería de petróleos de CEPSA en San Roque. A ello se unió un incremento considerable del tráfico de pasajeros.
En 1976 se inauguró la primera terminal de contenedores, labores que ya se venía efectuando desde Isla Verde, y que situaría al puerto algecireño en el primer puesto de España y entre los primeros de Europa. En 2000 el rey Juan Carlos I inauguraba el muelle que llevaría su nombre. Desde aquel empeño del siglo XIX el avance ha sido imparable.
Hoy no puede entenderse el desarrollo del Campo de Gibraltar sin el puerto Bahía de Algeciras. La actividad portuaria ya no se enclava en la ciudad algecireña, extendiéndose en la actualidad a las poblaciones de La Línea, San Roque, Los Barrios y Tarifa.
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