Por esta razón se generan anualmente grandes toneladas de residuos electrónicos o también conocidos como e-waste. En este campo se engloban todos los aparatos con enchufe o batería que por sus dueños o inutilidad pasan a mejor vida.
Esta tesitura hace que el medio ambiente se resienta como consecuencia de no poder absorber esta gran cantidad de basura altamente contaminante, que en la mayoría de los casos no se desecha como se debería para causar el menor perjuicio posible. Un reciente estudio de Betway el casino online, pone de manifiesto esta tesitura, arrojando datos de análisis para poder ver con más perspectiva esta problemática global.
Atendiendo a datos de 2017 se generaron alrededor de 44,7 millones de e-waste a nivel mundial, siendo China con 7,2 millones, y Estados Unidos con 6,2 millones de toneladas de residuos electrónicos las naciones que más aportan a esta dudosa estadística. Para que todos estos residuos se desechen de una manera correcta, es necesario tomar medidas ambiciosas para que tanto personas como empresas, arrojen estos productos en centros de tratamiento especializados para su reciclaje, lo que reduciría de manera drástica la incidencia negativa de esta basura en el medio ambiente.
Esta parece ser la salida más factible a esta problemática creada que afecta seriamente a la salud humana y a la sostenibilidad de numerosos ecosistemas, poniendo en riesgo muchas especies de flora y su fauna que ven como su hábitat es contaminada. Este debe ser el punto de inflexión para empezar a cambiar las malas prácticas como consecuencia de estas actuaciones. Si esto no se lleva a término se seguirá causando un daño irreparable a mediados de siglo.
Se estima que, si se sigue a este ritmo de generación de residuos electrónicos, se llegaría en 2060 a los 120 millones de toneladas de e-waste anuales. Una cifra del todo insostenible para la viabilidad del planeta tal y como lo conocemos a día de hoy.
