El puente sobre el Río Palmones

A las 12 de la mañana del 19 de noviembre de 1954 el Ministro de Obras Públicas, Fernando Suárez de Tangil y Ángulo (1886-1964), conde de Vallellano, acompañado del subsecretario de su departamento, del jefe de su secretaría técnica, de los directores generales de carreteras y obras públicas, y por último de las autoridades civiles y militares del Campo de Gibraltar, inauguró el nuevo puente en el km 111 de la Carretera Nacional 340.

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Antiguos puentes

Hoy sabemos que los proyectos anteriores fracasaron por el cauce del río Palmones y las características del subsuelo, en definitiva, por problemas de cimentación.

En 1907 se construyó un puente metálico que costó 332.138,37 pesetas, dos décadas después se construyó otro diseñado por Antonio Díaz Burgos. En 1933, tuvo que ser reparado los andenes y pintura, las obras fueron adjudicadas al ingeniero de caminos malagueño, Carlos Loring Martínez (1891-1960), no obstante, los problemas fueron constantes, para acceder a Algeciras en más de una ocasión tuvo que desviarse la circulación de autobuses y camiones, a Los Barrios.

En 1936 sobre el puente de acceso a Algeciras o también conocido como puente del Acebuchal, el alcalde de Los Barrios dice: “… es público que amenaza derrumbarse, cosa que si sucediera nos dejaría incomunicados con Algeciras”.

En 1945 el Ministerio de Obras Públicas convocó un concurso para que se presentaran anteproyectos para la construcción del puente, el constructor Ricardo Barredo pidió a Eduardo Torroja Miret (los mismos que construyeron el Mercado Ingeniero Torroja en Algeciras) que hiciera un anteproyecto.

Eduardo Torroja propuso un puente cimentado por pilotes, con luces de 24 metros, que necesitaría mucho hierro y la escasez de la posguerra obligaba a armaduras pretensadas que permitía reducir la altura eficaz de cada viga de 1,60 m y bajar la rasante respecto a la actual y así disminuir al máximo la visibilidad del conjunto por exigencias militares. La solución era una estructura de hormigón pretensado con tramos aparentemente independientes, apoyados sobre los pilares y con cables de acero a lo largo de toda la longitud del puente que permitía absorber las tracciones correspondientes a la cabeza inferior. La calzada del puente era de 8 m de anchura, dividida transversalmente en dos partes.

El puente de Carlos Fernández Casado

Problemas en el subsuelo, las exigencias militares a la visibilidad del puente y la falta de materias primas por el sistema autárquico (hasta 1951 y 1952 no se recuperaron los índices del PIB y PIB per cápita, respectivamente, de 1935), fueron las premisas de la que partieron los ingenieros para elaborar los anteproyectos.

“El proyecto de puente sobre el río Palmones, en la C.N. nº 340, de Cádiz a Gibraltar y a Barcelona” proyectado por el ingeniero de caminos, canales y puertos Carlos Fernández Casado (1905-1988) fue aprobado por orden ministerial el 3 de mayo de 1950 con un presupuesto de 5.083.157,08 pesetas, promovido por el Ministerio de Obras Públicas, (Dirección General de Carreteras y Caminos Vecinales, Jefatura de Puentes y Estructuras), la empresa constructora fue Entrecanales y Tavora, S.A. (hoy Acciona, S.A.) y la ejecución de la cimentación se hizo bajo la dirección general del ingeniero García Fuente.

El análisis del sustrato del suelo fue vital por lo que se encargó al Laboratorio de Transporte de la Escuela Especial de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Madrid sección de Mecánica del Suelo y Estructuras Auxiliares, emitiendo dos informes el 11 de julio de 1952, y el 8 de agosto del mismo año.

Se situó aguas más abajo, que el anterior, con lo que eliminó la curva de acceso al puente.

Fernández Casado había realizado un estudio para la construcción de puentes ordenándolos en un conjunto de diez series con el objetivo de que pudieran ser empleadas por otros ingenieros no especialistas. El de Palmones pertenece a la colección “Puentes de Altura Estricta” serie VIII nº 30, de 75 metros con cinco vanos de 22,70+3×30+22,50 m con el extremo del lado de Cádiz prolongado en voladizo de 5 m y 10,50 m de ancho. Corresponde al modelo normal máximo con varios intermedios de 30 m y utiliza la disposición del voladizo de contrapeso de las series IX y X, de las que no se construyó ningún puente.

La maquinaria de obra se instaló en el río, construyéndose islas como pilas por su reducido espacio y los 200 Kg por metro lineal del peso de la tubería resultaba agobiante.

Como hizo en el puente de Salobreña sobre el río Guadalfeo, (Granada, 1944-1945): “acentuar el reborde de coronación correspondiente al voladizo y destacar en el frente la losa inferior de las zonas de acartelamiento” para conseguir un canto aparente más reducido. Así mismo, el puente se pintó de blanco, como la mayoría de los puentes que construyó en Andalucía.

Un alarde técnico

Se denomina pilote a un elemento constructivo utilizado para cimentación de obras, que permite trasladar las cargas hasta un estrato resistente del suelo, cuando este se encuentra a una profundidad tal que hace inviable, técnica o económicamente, una cimentación más convencional mediante zapatas o losas, a mediados del siglo XX se consideraba 25 metros cimentaciones profundas, el de Palmones a 29 metros con pilotaje in situ, ø 630 mm fue un alarde técnico.

Su hijo Leonardo Fernández Troyano dijo de él: “Uno de sus primeros trabajos, y uno de los mejores, es la colección de Puentes de Altura Estricta. Inició  la  colección  en 1933, cuando tenía 28 años, antes de tener ningún encargo concreto. De los primeros y mejores puentes de la colección que construyó, son los de Puerta de Hierro (1934) y del Pardo (1935), los dos sobre el río Manzanares. Uno de los últimos, y también de los mejores, es el puente sobre el río Palmones (1954) cerca de Algeciras. La mejor manera de definir la colección, de la que construyó cerca de cuarenta puentes, son sus propias palabras: Y esta tensión que era nuestro estado de ánimo, conducía necesariamente a lo económico bajo la forma de lo estricto. Introducir el mínimo de ideas nuevas en el paisaje: solo un contorno  tan  sencillo  que  pudiera  dibujarse  sobre  la  nieve.  La afortunada circunstancia de moldear nuestra tensión en una de las épocas más felices de la vida dio origen a esta Colección de Puentes de Altura Estricta”.

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