En el otoño,
las hojas de los caducos árboles se van
y, en los brazos del viento,
arremolinadas, como bandada de grullas,
las vemos levantar singular vuelo
para, cuando cesa la fuerza de Eolo , quedar en cualquier rincón,
esperando un nuevo impulso de aire,
sin rumbo, la hoja muerta, se va.
En el otoño,
bandadas de ánades y zancudas
vienen a descansar en nuestras palmoneñas marismas,
a reconfortarse en un paraje tan bello y natural
para su rumbo seguir.
¿ Y las avefrías?
Esas, me dicen que, por esas vegas, ya no las recuerdan
¿ Dónde quedarían?
¡Quizá extinguidas ¡
En el otoño,
vuelan tantas cosas
que no me extraña que, hasta las rosas,
sus espinas, cruentas y duras,
las extiendan en el mantel de la vida
porque sus pétalos ya dejaron de ser bellos.
Pero lo que me extraña
es que también , por miedo al frío del invierno económico,
hasta las atracciones festivas
que había instaladas en el recinto ferial de Los Barrios,
de allí dicen que emigraron .
Comprendo que la natalidad esté baja,
y la economía no esté en alza,
pero ,por suerte para nuestra existencia,
quedan niños/as y, a ellos nos debemos
! Que la infancia, señores, no emigre!
Los pequeños, como nos pasó a nosotros,
distinguen en los carruseles y tiovivos
el más grande globo de ilusiones
y los progenitores, al verles felices,
más dichosos nos sentimos.
En el otoño,
cuando estamos a las puertas de una Navidad
y, precisamente , los pequeños , necesitan de motivos para disfrutar
vemos como los feriantes también emigran
y abandonan su emplazamiento en el recinto ferial
por culpa de , al no tener bastante peso económico en sus bolsillos,
el viento se los lleva a otro lugar.
Yo le pido a feriantes y Consistorio
que haya lúdicas atracciones en el ferial,
si esas emigran, que vengan otras;
la infancia barreña las necesita
y, sin parques recreativos, no merecen estar
para que los niños/as en este período vacacional
puedan, con esas u otras, disfrutar.
Es lástima que el dinero
sea el culpable de que esos marchen.
Por y para la infancia, señores/as,
que todos la vivimos
y sabemos lo que es ser niño.
Que no emigren los carruseles de la dicha,
que de la niñez son su alegría.!!
En el otoño, emigra todo
y , antes de que pasen unos años,
y la niñez de hoy se haya marchado,
facilitemos que la vivan felices a nuestro lado
y que no tengamos que pedir a Papá Nöel
o a los Reyes que traigan atracciones
para que todos vivamos las mejores sensaciones
porque, hasta este servidor, si faltan niños,
cosa que no ocurrirá ,invito al que llevo en mi corazón
y, me monto con él en la colchoneta
o en el Pegaso de la más grande ilusión.
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