Joan Rosell : “No hay 6 millones de parados en España”

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Ángel Tomás Herrera | Licenciado en Derecho

Resulta cuanto menos vergonzoso oír al señor Joan Rosell, presidente de la CEOE, decir que la EPA de los seis millones de parados no es verdad, que es una estadística de 65.000 personas, nada más. Esta es sólo alguna de las polémicas frases con que se ha despachado este personaje en una reciente entrevista. Es el mismo catecismo e hilo argumental rancio que ha caracterizado la trayectoria de su antecesor en el cargo Díaz Ferrán, con domicilio actual en la cárcel madrileña de Soto del Real.

Mientras la Audiencia Nacional, por eso de la edad y el arraigo familiar, rebaja de 30 a 10 millones de euros la fianza impuesta a Ferrán para poder salir del trullo, su sucesor saca los pies del tiesto y se permite darnos unas lecciones de economía y empleo aceleradas. No hace falta ser representante de la patronal, sindicalista o político para entender que la cifra de seis millones de parados quizás se quede corta con la ingente cantidad de personas sin empleo que hay hoy en España. Por eso chirría tanto la frase de este señor y provoca estupor, intentando minimizar algo que de hecho está maximizado, desbordado, sin freno.

La Encuesta de Población Activa ( EPA ) es el mejor referente nacional y comunitario – como reconoce Eurostat – para conocer la radiografía del mercado laboral español, mucho mejor y más fiable incluso que los registros del Servicio Público Estatal de Empleo (SEPE), ya que tiene en cuenta las familias y los jóvenes desempleados y no registrados. En tal sentido, la EPA habla de un millón de desempleados no inscritos, y Rosell, como santo varón que es, pronostica que son muchísimos menos, es más, se permite el lujo de decir que sólo cuentan los que registra el servicio de empleo y que «hay quienes no tienen intención de trabajar y se apuntan, como los amos y amas de casa cuando en la crisis han visto que hay posibilidad de obtener alguna cosa por estar apuntados». Para rizar el rizo, dice además que “milagrosamente” los parados encuentran su empleo un mes o dos antes de agotárseles la prestación, como diciendo que no trabajan porque no quieren ó no buscan empleo.

Para Rosell todos somos por lo que se ve “amos o amas de casa”, vagos por convicción que aspiramos a un subsidio público, ociosos registrados en listas de espera de no desesperarse mientras se espera. Náuseas me dan a mí las propuestas de mesías como éste que no ha doblado literalmente el lomo en su vida, que no conoce lo que se cuece en la calle y encima opina. Ya tiene sus minutos de gloria, pero a que costa. Porque no habla de la mierda y corruptelas que asolan esta España del desempleo y el caos. No, es mejor presumir de titulares y crispar más el ambiente de lo que ya está. Esta es la consigna del representante de los de ordeno y mando, de los desinteresados interesados en seguir con la misma chapuza y crisis fagocitadora y temeraria, que ya se les ha ido de las manos y no saben cómo sofocar. Son los que nunca han saltado sin red, son los que te pisan el cuello cuando despiertas por la mañana.

La reforma laboral la solucionaba Rosell en cuatro días dice, a base reformas profundas, ya saben lo que conlleva el adjetivo. Lo importante según él, es cambiar de forma radical la regulación de los convenios laborales y promocionar los “minijobs” para los jóvenes, es decir, los contratos únicos de un par de horas con una indemnización creciente y unos salarios “basura” por debajo de los convenios vigentes. Ya no hablamos de contratación temporal y salario mileurista, Rosell da una vuelta de tuerca y habla sin ruborizarse de contratos por una hora, mini empleos precarios y de miseria. Como dice sin pestañear, “es mejor tener a la gente trabajando una hora, dos o tres que cero”, y además que no se quejen, que siempre podrán compatibilizar esta dádiva de salario con algún subsidio o prestación, si la tienen. Pensará que como la masa obrera es tan corta en entendederas y vive de la élite a la que sirve y la ayuda pública, pues nada a tragar. Y hablando de lo público, también se despacha el personaje con los empleados públicos, a los que desprecia reconociendo que sobran por lo menos 400.000, pues según él la mitad no trabajan porque la Administración no les da trabajo y sale más barato que estén en sus casas cobrando un subsidio, que “consumiendo papel, teléfono y tratando de crear leyes”. De que me sonará esto… .

Como ven se ha despachado a gusto el tal Rosell, y con la que está cayendo. Esta es la patronal española que tenemos señores, con las mismas ideas caducas y cortijeras de siempre, con sus emisarios enmascarados en lobbys radicados en Estrasburgo, “presionando” a los parlamentarios europeos más influyentes, porque aquí ya le tienen cogidas las vueltas a los grandes cerebros y las potentes carteras, ya saben que a éstos los apañan bien con un sobre tamaño cuartilla, el viaje a Cancún y la paella con bogavante regada de confetis.

No hay dobles lecturas, que nadie olvide que este Joan Rosell representa al colectivo elitista del taco, a la gran empresa española, y que poco tiene que decir a favor de la pequeña y mediana empresa – motor de nuestra economía –, y encima tiene la osadía de reírse del currante, trabaje o no. Que no juegue a ser ministro de trabajo, que se esté mejor calladito, y si quiere provocar debates, que se vaya a Soto del Real y se haga una partidita al domino con su amigo Ferrán, ése que también decía que “sólo se salía de la crisis trabajando más y cobrando menos”, cuando en sus fueros internos pensaba que lo rentable es robar más y trabajar menos.

La sociedad esta hastiada y pienso que sabe reconocer el discurso, los personajes y no se deja engañar, pero permanece inmóvil desgraciadamente. Este inmovilismo y esta callada por respuesta es la que da pábulo a charlatanes como éste y a toda la horda de supuestos ladrones… presuntos se dice, no.

“Recesión es cuando tu vecino se queda sin empleo; depresión es cuando lo pierdes tú”. ( Ronald Reagan – presidente de los EEUU – 1981 – 1989 ).

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