La Receta envenenada del Banco de España

>
 

Ángel Tomás Herrera | Licenciado en Derecho

Resulta la verdad esperpéntico el estudio y consejos que ha lanzado estos días el Banco de España sobre nuestra actual sociedad y el problema crónico del desempleo. Hasta el Gobierno ha tenido que salir a la palestra para pronunciarse y desmarcarse de las “necedades” que nuevamente ha puesto sobre la mesa un Banco de España lento y torpe, que habla de todo menos de lo que le incumbe.

Para el gobernador del Banco de España, Luís María Linde, la lacra del paro es algo crónico que debería atajarse a través de medidas como la entrada en vigor de la jubilación a los 67 años, la supresión del salario mínimo interprofesional en algunos casos o la contratación fuera de convenio a sueldos precarios por debajo del mínimo legal. Estas son algunas de las lisonjas y pautas de la envenenada receta del Banco de España, que en vez de dedicarse a pronunciarse sobre la apertura del crédito bancario, los desahucios, la reforma hipotecaria, las cláusulas abusivas, la nacionalización de la banca, las preferentes y demás irregularidades y estafas bancarias, prefiere opinar de lo que no debe.

Ya es la tercera receta que Linde anuncia a cual peor, muy coincidente con el pensamiento de la gran patronal española. En su manido discurso olvida la avaricia y falta de escrúpulos que ha tenido nuestra banca y que nos ha llevado en buena medida a la situación de crisis económica generada que padecemos. Siempre será mejor echarle la culpa al vulgo hipotecado y hastiado de todo que reconocer un mea culpa.

Hasta la Comunidad Europea, a propósito del plan de empleo para jóvenes, ha tenido que plantearse una financiación o ayuda directa a los desempleados españoles, ante la falta de créditos y sensibilidad de una banca española, que sólo abre la mano para pedir más dinero, y ya va por más de cuarenta mil millones de euros. Veremos que dice el último informe de los inspectores comunitarios, reunidos recientemente con el Gobierno y el propio Banco de España.

De todos estos asuntos y problemas Linde no habla, es mejor pronunciarse sobre esas masas de desempleados sin dación en pago y más deudas que esperanzas. Su receta cum laude se dirige a esos pobres de nuestro país, que cada día somos más, para que puedan tener un trabajo y un salario a medida, es decir, menor al mínimo legal de 645,30 euros. La hoja de ruta de estos lumbreras es clara; de aquí al bocadillo, la precariedad y la miseria sólo hay un paso. No será ahora la pertinaz sequía del NO-DO la que nos lleve al comedor social y la cartilla de racionamiento, sino los miserables salarios y condiciones de vida, que poco a poco están transformando España en el Bangladesh de Europa. Unos ingredientes caros y envenenados que aderecen más paro y recesión, rompiendo con los logros sociales de más de treinta años. Ya la dinámica actual – como recuerda la Organización Internacional del Trabajo – está siendo lo bastante severa en reducción de salarios o despidos, como para plantearse la paralización de nuevas medidas de ajuste o recortes. La mano se les ha ido y las autoridades europeas están siendo conscientes de los efectos de sus medidas. La brecha social entre ricos y pobres en nuestra España cada vez es mayor y pronunciamientos como los de Linde no ayudan, ya que nos reconducen directos a un desempleo crónico que incidiría en la precarización laboral, la bajada de salarios y la nula creación de empleo. Estos consejos sólo servirían para alimentar una suficiente bolsa de desempleados que, desde el hambre y el sobreendeudamiento, estarían dispuestos a trabajar en condiciones esclavistas y por cuatro euros, emulando los viejos batallones disciplinarios de trabajadores de Franco, engrosando las filas de un Servicio Estatal de Empleo excedido e inoperante.

Este es el país de vergüenza y latrocinio generalizado que tenemos. Hay políticos que juegan a banqueros en Suiza, jueces que bloquean cuentas millonarias y algunos banqueros como Linde que se creen políticos. El sesudo informe del Banco de España no tiene desperdicio, no sólo se pronuncia sobre el pan y la sal, sino que finaliza elogiando la reforma laboral estatal, que ofrece “resultados esperanzadores” a la hora de frenar el desempleo, y eso a pesar de que las contrataciones no son suficientes. Desde luego que al intelectual que elaboró el informe deberían darle un premio, cómo puede decir que hay resultados esperanzadores cuando no crecen los contratos… de risa. En fin, estadísticas y esperanzas falsas a parte, lo que está claro es que el supremo Banco cada vez que habla “sube el pan”. Embarcado en batallas que no le concierne, calla ante las tropelías de la banca española, manchada de sangre y poblada de ladrones, y se permite el lujo de dar consejos.

El gobernador del Banco de España sigue la estela de su antecesor Miguel Ángel Fernández Ordóñez, la OCDE y la patronal española, insistiendo en una flexibilidad laboral de mediocridad y minijobs, para no salir en las estadísticas de desempleo galopante. Para Linde los recortes sociales y económicos no son suficientes, por eso hay que dar una nueva vuelta de tuerca. Pero de lo que le compete es mejor no hablar, cuando resulta incapaz de meter en vereda a los bancos y sus cúpulas directivas, con escandalosas retribuciones, indemnizaciones, bonus y prebendas. Es mejor volver a insistir en la necesidad de que los que poco tienen tengan menos. Es mejor vender humo y hablar de los desgraciados de siempre, que del señor Miguel Blesa, las cláusulas leoninas y nulas del noventa por ciento de nuestras hipotecas o del número de personas que se han quitado ya la vida por los embargos bancarios o se han acostumbrado a malvivir con los números rojos en sus cuentas corrientes.

Estamos lejos del salario mínimo de 1.874 euros brutos mensuales de Luxemburgo y cada vez más cerca de los 155 de Bulgaria. Si la Comunidad Europea y Alemania están viendo las “orejas al lobo” y lentamente están virando en sus políticas socioeconómicas aplicables en esta Europa de las desigualdades, ahora viene Linde a darnos lecciones magistrales a todos. Más le valdría callarse, al menos por vergüenza. La reestructuración del sistema financiero español, su rescate económico y la nacionalización de algunas entidades bancarias nos han salido muy caros y sólo ha beneficiado a la Administración y a los cuatro poderosos.

El crédito no fluye hacia un pueblo llano que sólo está para pagar las deudas que generan otros y llenar estadísticas que nadie se cree. Ya saben, sigan pagando mientras puedan con salarios de risa o en el desempleo, y si cualquier emprendedor o PYME quiere un crédito, sepan que los bancos de aquí han colgado el cartel de don´t disturb, pero tienen a los bancos alemanes dispuestos a escucharles. Mientras, sigamos deleitándonos con los informes del Banco de España – eminentemente técnicos -, y de paso sigamos haciendo cábalas sobre cual será el próximo directivo de banca en pisar la cárcel.

Noticias de la Villa y su empresa editora Publimarkplus, S.L., no se hacen responsables de las opiniones realizadas por sus colaboradores, ni tiene porqué compartirlas necesariamente.

Noticias relacionadas

 
18 abril 2024 | José Antonio Hernández Guerrero
Procedimientos narrativos para descifrar la complejidad de la vida actual
 
15 abril 2024 | Patricio González García
Máxima gravedad