Manifestaciones feministas, ¿sí o no?

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En estos días ha saltado a la opinión pública un debate que está consiguiendo que algunas cabezas empiecen a estallar. Bajo diferentes eslóganes, como “a mí esas no me representan”, “nos van a contagiar el virus” o “que se queden en su casa”, una caterva de pirómanos ha incendiado las redes sociales criticando las manifestaciones por la igualdad que (presumiblemente) se celebrarán el 8 de marzo. Parece mentira que tengamos que estar hablando de estas cosas en el siglo XXI, pero no está de más aclarar que el movimiento feminista no busca en ningún caso la supremacía de la mujer sobre el hombre, sino la aplicación de políticas que permitan alcanzar la igualdad real.

No vamos a irnos muy lejos, los ejemplos los tenemos a la vuelta de la esquina, en nuestra amada Villa. Opiniones para todos los gustos, a favor y en contra de las manifestaciones, llenan los grupos de Facebook y los hilos de Twitter. Personalmente, creo que no es el mejor momento para que las muchedumbres se concentren, pero también me gustaría ver en la ciudadanía en general, y en los barreños y barreñas en particular, un atisbo de coherencia que está bastante lejos de producirse. Para empezar, me parece totalmente fuera de lugar criticar una manifestación que todavía no se ha celebrado y que, hasta la fecha, no tengamos noticia de que ningún grupo haya convocado, ya no solo en Los Barrios, sino en toda la comarca.

Por otra parte, no recuerdo haber visto tanta virulencia en contra de otras muchas manifestaciones que se han producido en nuestro municipio. En el pasado octubre hubo dos: una en defensa de la sanidad pública y otra por los trabajadores despedidos de Phoenix, a la primera de ellas acudieron unas cien personas y a la segunda, más de doscientas. Estuve en ambas. Y en febrero del presente ha habido otra concentración en apoyo a la hostelería y al pequeño comercio, también con más de cien personas. Podemos estuvo allí. Parece (y digo que parece, no que efectivamente ocurra) que lo que no gusta no es el hecho de que la gente se junte para manifestarse, sino el motivo de las reivindicaciones. Parece que hay gente que está contenta con las desigualdades, o que directamente les beneficia que haya sectores privilegiados. Por eso algunas pueden volar a los Emiratos a vacunarse mientras que el pueblo espera pacientemente su turno. Tú lo permites con tu silencio.

Vivimos una época de criminalización de la lucha por los derechos. A los que salvan vidas en el estrecho les tachan de dirigir mafias de trata de personas. A las asociaciones que defienden a los colectivos LGTBI les tildan de vivir de la sopa boba de las subvenciones, y lo mismo ocurre con los sindicalistas que luchan por los derechos laborales. A las plataformas anti-desahucios les culpan de promover las okupaciones e incluso los líderes de las asociaciones de consumidores empiezan a ser objeto de ataques. A ecologistas y animalistas les culpan de ir contra el progreso o de denostar las tradiciones. Eso por no hablar de los partidos políticos que intentan erradicar la pobreza, reciben una denuncia falsa tras otra (van dieciséis archivadas). A los colectivos feministas que defienden la igualdad… ya vemos como se les ataca, si no es por la pandemia será por otra cosa, la razón es lo de menos ya que lo importante es atacar, atacar por lo que sea, aunque no sea verdad. Que haya mucho ruido de sables y tableteo de ametralladoras, aunque sean de fogueo. Se toman incluso la molestia de inventar nuevas palabras para criminalizar a los que defienden a los más expuestos, los ejemplos más claros son feminazi o socialcomunista, pero hay muchas más.

En esta ocasión no va a haber manifestaciones por la igualdad en Los Barrios, en lugar de ello se ha convocado un aplauso desde los balcones, el día 8 a las 8 de la tarde. Pero te pido que reflexiones sobre los ataques que reciben los que luchan por ti. Gracias a los sindicalistas que tanto criticas trabajas solo 40 horas semanales, y no 60. A causa del movimiento ecologista se ha iniciado la transición energética y la visibilización del orgullo gay consiguió que se legalizara el matrimonio entre personas del mismo sexo. Y si no hubiera sido por el feminismo, en este momento ni siquiera podrías votar, trabajar sin el permiso de tu marido o expresarte abiertamente en contra de este artículo de opinión. Así nos va.

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