(Al caballero sin igual ,
el grande y noble Guzmán
y, al artista maravilloso de Tarifa,
quien al Bueno con sus piezas escultóricas inmortaliza,
mi maestro, D. Manuel Reiné , que, hace 55 años , con suma delicadeza y gusto,
me enseñó la bonita afición al dibujo
y, sobre todo, el que, desde esa adolescencia bella,
me contagiara del cariño que él siente por la que quiere sobremanera,
la que es su cuna, su Tarifa del alma;
ésa que yo admiro por presentármela persona tan preclara
y porque ella a cualquiera enamora por sus cualidades
que se fundamentan todas, en unas gentes sencillas y amables
que viven sobre el lienzo maravilloso que es la tierra y dos mares
donde el turista que llega, de allí no sale
porque vuelve y vuelve, al sentirse como en casa
ante atenciones tantas).
Héroe entre los héroes,
fiel a vuestro rey como nadie vos fuisteis, Señor Guzmán,
y hoy, en esta señalada data,
yo, como predilecto amante de esa ciudad,
quiero a vuestros pies , centinela y defensor de Tarifa,
mis flores de palabras, sencillas pero sentidas, dejar;
son verbas que salen de mi andaluz corazón.
Ya en el verano, en el programa de fiestas, me concedió ese Ayuntamiento cantar
y hacer una loa a vuestra grandiosa persona.
Gesto que, de por siempre, agradezco
por el entrañable sentimiento que a vos os profeso
pues, vuestro noble pueblo, el del gran Guzmán,
es una bella y bonita vela blanca que, movida por los vientos
parece una verdadera bandera de paz
que ondea en sitio tan estratégico
y cuyo mástil es vuestro castillo, el que siempre será de Guzmán,
y llama la atención en todos los confines
donde se oye citar la palabra Tarifa, sin más
porque tiene, todo y para todos, la modesta villa gaditana
y, de nada presume pues, lo más notorio para ella, siempre será
que allí, sobre las almenas de su fortaleza,
el caballero Alonso Pérez de Guzmán
para siempre adquiriera el sobrenombre de “ Bueno”.
Nunca ese adjetivo tanta y tan grande significación tomara
como el adjudicarlo a vuestra persona.
Feliz y segura siempre fue Tarifa
sabiendo que a su lado Guzmán estaba
pero, los hados del destino quisieron
que, Coín y ella unidas por el dolor por siempre quedaran
y, que las campanas de iglesias de ambos pueblos a rebato toquen
por el llanto que supone que en aquella montaña,
en esos riscos de Málaga, fuera mortalmente herido
el que nunca muere en la voz del recuerdo que proclama,
con entereza, pasados los siglos,
que vos, héroe grandioso, estáis aquí muy vivo
y por eso estos dos pueblos, malagueño y gaditano,
en este día, cual de sangre hermanos,
os ponen a vuestros pies, con pleitesía, los mejores laureles
los de la victoria que supone tener entre sus gentes
tan predilecta y grande persona,
como sois vos, Guzmán, de renombre, fama y sona
desde León a Tarifa y esta España toda;
un modelo siempre a seguir,
una figura notoria que nos sirve de guía en el vivir,
dando ejemplo de dignidad y fidelidad
por eso hoy, al mirar a vuestra estatua, veo muerto al hombre del ayer pero muy viva
la grandeza de la historia y los valores de las personas
que, vos , D. Alonso Pérez de Guzmán, representa en esta zona
que siempre a grandes como es vuestra figura loa.
¡ Viva Guzmán El Bueno, y vivan
los pueblos que nunca olvidan
las señas de identidad de su historia!!
Yo dejo estas palabras, sencillas flores,
que pido al viento de los vientos, que a Tarifa rinde pleitesía y honores,
que os las lleven a vos, Guzmán,
que hace que Tarifa no tiene ni tendrá entre sus caballeros igual.
Caballero, para todos los españoles
sois senda y camino de los colores
de una tierra andaluza que, desde Gerión
y los tiempos de Hércules, fue centro de atracción
por las civilizaciones del mundo entero
que desearon instalarse en parajes tan encantadores y bellos,
entornos de los que las llaves
las tiene la Tarifa de los Guzmanes
donde se abrazan tierras, mares
y razas de todos los confines y lugares.
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