Mysterious Mariano

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Ángel Tomás Herrera | Licenciado en Derecho.

Después de un buen plato de albóndigas de caballo al estilo Arguiñano acompañado de un pan cateto, que mejor manera de bajar la calórica dieta que con una buena copa de vino español, porque en la mesa no ha de faltar la botella, como diría José María Aznar al estilo tejano.

La sobremesa antes era más divertida esperando que echaran Barrio Sésamo, ahora todo es menos didáctico y más laxante, sobre todo cuando uno oye o lee las noticias . Que si los sobres sin sellos, que si los espías de restaurante, que si los separatistas catalanes, que si la entrañable amiga del Rey. Cuanto vividor, cuanto borracho, cuantos dineros amnistiados, cuanto sinvergüenza suelto. Mientras uno hace sus cábalas sobre cuál será la próxima fianza millonaria para burlar la cárcel, todavía me pregunto de donde vino el gen equino de mi hamburguesa. No sabemos quien nos manda, ni si quiera somos conscientes de lo que comemos, hemos perdido la pista a la honradez y la trazabilidad alimentaria. Mientras unos dudan si tirarse por el balcón ante el inminente desahucio o hurgar más hondo en el contenedor, otros vuelan de Palma a Madrid en clase business, después de contar mentiras, como la canción.

El gorrión común ya no es tan común, desaparece lentamente de nuestras calles – según informes de la SEO/Bird Life -, mientras prolifera el gorrón de despacho, que anida por doquier y se ha vuelto enjambre. El sentido común ha dejado de ser el más común de los sentidos y quien aún lo conserva, que se lo guarde en el bolsillo o lo enmarque en espera de mejores tiempos.

Hoy manda el caradura con poder, el jeta pueblerino al estilo Jarrapellejos. En esta España de Delibes, el latrocinio en todas las escalas de la Administración y las Instituciones se ha convertido en una virtud. La mierda diaria, la ambigüedad en el discurso o la callada por respuesta es todo lo que podrán Ustedes obtener. No sabemos que nuevo escándalo saldrá mañana o que será de nosotros en un futuro no muy lejano. Lo seguro es la inseguridad. Los periódicos nacionales han dejado de lado la vida del famoseo para centrarse en la carroña política que hiede más que nunca y nos asola como las Siete Plagas de Egipto. Vaya impotencia generacional, vaya imagen que estamos dando en el extranjero, que vergüenza.

En fin, con una tisana me apuro a leer el semanario británico “The Economist”, que en su sección de política ibérica, ha dedicado un artículo al Presidente Mariano Rajoy, titulado “El Misterioso Mariano” ( Mysterious Mariano ). Como se dice en el citado periódico, este insigne gallego es “el tipo de persona que te encuentras en la escalera y no sabes si sube o baja”. Esta ambigüedad, esta retranca, este arquetipo del “gallego” que siempre quiere quedar bien, que de todo habla, que nada entiende, es lo que caracteriza la política del Gobierno. Ahora que junto a los problemas sociales se ha instalado el virus de la duda en la cama matrimonial, no hay panacea, sólo demagogia, brotes marchitos y rescates financieros. Los banqueros siguen contando aún los millones que les han entregado, mientras Rajoy evade la patata caliente de la corruptela política que le señala. La prensa extranjera se desencanta con el Presidente y se pregunta si tiene una estrategia para restaurar la confianza de los españoles y los mercados, o en realidad está haciendo uso de ese arquetipo de improvisador.

Un Mariano Rajoy que ya en las postrimerías de las elecciones nos vendió la moto de un programa que nunca ha cumplido, saliendo entonces en la prensa escrita a aclarar ciertas críticas que lo tildaban de indeciso, incumplidor, poco trabajador y hasta homosexual. Desde entonces hasta ahora todo parece haber ido a peor, aunque mantiene su misteriosa figura y flotabilidad de corcho en plena marea gruesa. Y aunque ha intentado desvincularse de menudeos y financiaciones ilegales, lo único que nos ha dejado claro es que no se tiñe el pelo de la cabeza o la barba. Seguimos sin saber si sube, baja o está sentado en el rellano de la escalera, esperando la demanda de despido improcedente de su extesorero Barcenas.

Mientras el Papa dimite e Italia se asoma al abismo, la corruptela mafiosa amenaza con dinamitar el PP. Habrá quienes estimen que la estocada ha sido orquestada por grupos de izquierda, independentistas ó una coalición antisistema. Pero yo apostaría – como más de uno ha planteado – que quizás todo parta de los grandes poderes mediáticos y del interior del partido, de personas cercanas al propio “Mysterious Rajoy”, como la que salió indemne con él de aquel aparatoso accidente de helicóptero en 2005.

El semanario inglés ‘The Economist’ no se fía de la estrategia política española, y se pregunta si Rajoy tiene realmente un plan para salir de la crisis, ahora que España se enfrenta a la amenaza de la desintegración territorial y se dirige hacia una “espiral de la muerte al estilo griego”, con consecuencias económicas y sociales devastadoras. Cómo va a poder salir de su hermetismo y ambigüedad, cuando mandan más en el país ya el FMI, BCE o Angela Merkel. Todos estos recortes y sacrificios parecen no servir para nada, sólo para empobrecernos más y desandar el camino. Hay quien puede pensar también que todo esto no obedece al puro azar o la improvisación, sino a una estrategia concebida por un gobierno con amplias ramificaciones supuestamente devenidas de la derecha más rancia y clasista. Un gobierno compuesto presunta y mayoritariamente por miembros de la secta del Opus Dei o los Legionarios de Cristo, que junto con viejas glorias ex franquistas buscan pescar en “aguas revueltas” y resucitar un determinado tipo de sociedad elitista y cainista. Quizás con la disculpa de la perpetua crisis se quiera dar la vuelta a todo esto, resucitando viejos fantasmas y atávicos odios, con funestas consecuencias. No se, piensen Ustedes, que para algo tienen cerebro.

Porque el “Misterioso Mariano” no habla de las noticias de presunta vinculación de muchos de sus ministros a estas corrientes sectarias o sus supuestas inclinaciones masonas y radicales de las que se hacen eco los medios de comunicación; porque no habla de las dedicaciones y trabajos anteriores de muchos de sus miembros de Gobierno, funcionarios de la Administración Central o fiscales y jueces de la Audiencia Nacional. Sería bastante didáctico, como Barrio Sésamo.

El “misterio” hay que ir dosificándolo, mientras no se haga la voluntad de los santos varones y vea la luz la obra de Escrivá de Balaguer. Hay que seguir con la crisis que éstos tragan con todo y procurar que sean menos las manos que detenten la riqueza y atesoren el poder, que sean otros los que sangre, que sean otros los que sepan, de tal forma que los pobres sean pueblo llano, sean pobres oficiales y analfabetos con sus papeles de pobres, como cantaba Serrat. Este misterio santo, esas tendencias radicales inconfesables, este cisma social de las Españas, sólo generan monaguillos con el culo roto, emigrantes de postgrado, cargas policiales y una galopante miseria que me recuerda otros tiempos, otro gallego nacido por la gracia divina, aquél del Ferrol que también nos quiso “rescatar” de la democracia.

Vivimos tiempos de crisis y corruptelas, más propios de periodos prebélicos, que de un siglo XXI tecnificado. Que Dios nos coja confesados.

Esperen un momento, que tengo que ir al escusado.

“Ahora se habla de democracia. Nosotros, los españoles, ya la hemos conocido. Y no nos dio resultado. Cuando otros van hacia la democracia, nosotros ya estamos de vuelta. Estamos dispuestos a sentarnos en la meta y esperar a que los otros regresen también” – Francisco Franco, 1892 – 1975.

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