España, y en concreto Andalucía, trabaja desde hace años para combatir el narcotráfico en su territorio. Una de las últimas medidas adoptadas por la Junta de Andalucía ha sido la de nombrar a una nueva fiscal especial Antidroga para Andalucía, Ceuta y Melilla.
La seleccionada para el puesto es la anterior fiscal delegada de Cádiz y Ceuta, Ana Villagómez. Hasta la entrada en vigor de este nombramiento judicial, existían figuras similares a nivel provincial, pero en Andalucía, las peculiaridades propias andaluzas, una comunidad pluriprovincial con gran extensión poblacional y la propia ubicación geográfica, animan a crear esta figura de fiscal especial Antidroga para Andalucía, Ceuta y Melilla.
En una entrevista reciente, Ana Villagómez ha explicado que las rutas de la droga están cambiando. El hostigamiento policial en el estrecho lleva a los capos a desplazarse hasta Málaga, Huelva y Portugal como puntos alternativos de entrada de la droga en España. También se está recuperando la ruta del Guadalquivir, subiendo río arriba desde Sanlúcar de Barrameda hasta la provincia de Sevilla.
El narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar, ¿cómo hacer frente a esta industria?
El Campo de Gibraltar, una de las zonas más deprimidas de España en cuanto a ratio de desempleo, se enfrenta a una difícil solución. Los jóvenes que actúan como vigilantes o colaboradores de la entrada de la droga consiguen mucho más dinero por comprobar si la policía actúa intentando conseguir alijos que con un empleo en la zona.
A esto se suma el alto nivel de vida que llevan los narcos. Los capos de la droga alardean constantemente de su nivel de vida. Se sienten poderosos e intocables y encuentran en las redes sociales el mejor expositor de su fama.
La razón que explica por qué el Campo de Gibraltar es un paraíso para la droga se debe al tamaño del estrecho. Los menos de 15 kilómetros de mar que separan las costas africanas de las europeas permiten a los narcotraficantes hacer y deshacer a su antojo.
En muchas ocasiones, las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado cuentan con medios menos potentes para el transporte de esta droga y la persecución de los narcos.
Además del nombramiento de la nueva fiscal especial Antidroga, el gobierno aprobó el pasado mes de diciembre un real decreto en el que se prevén la puesta en marcha de cuatro nuevos juzgados para reforzar la lucha contra el narcotráfico en toda esta zona. Los juzgados, que comenzarán a funcionar entre los meses de septiembre y octubre, se instalarán en Algeciras, La Línea de la Concepción y San Roque.
Las redes sociales, la perdición de muchos narcos
Muchos narcos encuentran en las redes sociales un auténtico punto débil en su seguridad. Hicham “El Chalito” fue detenido hace unas semanas en Ceuta por la Guardia Civil. El Chalito presumía en redes de pilotar una narcolancha, conducir un Mercedes de 140.000 euros en Puerto Banús, llevar un reloj de 3.000 euros y manejar con soltura fajos de billetes de 100 y 50 euros.
El Chalito, una vez detenido, intentó exonerarse diciendo que todo habían sido bromas y que el dinero no era suyo, sino de un amigo. La lancha, mantenía él, se la encontró. La Guardia Civil seguía su pista desde hace tiempo hasta su detención final en Ceuta.
El del “Clan de los Futbolistas” es otro ejemplo de uso delator de las redes sociales. Tras ser puestos en libertad por un juzgado, algunos miembros de este clan aparecieron en las redes un vídeo en el que supuestamente aparecía en una fiesta celebrándolo, aunque los implicados lo negaron.
Francisco Tejón, Isco, se entregó a la policía tras aparecer en un videoclip de reguetón en un chalé con piscina, rodeado de chicas, Möet Chandon y desenfreno. Isco es miembro de “Los Castaña”, una de las organizaciones más importantes del narcotráfico en el Campo de Gibraltar.
A este grupo se le atribuye una fortuna de más de 30 millones de euros debido al narcotráfico. Ni las potentes medidas de seguridad ni dinero han impedido que Isco y su hermano acaben en la cárcel. Las redes sociales han contribuido con su detención.
