No es la primera vez, pero sí debería ser la ultima

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Sí, querido lector, no es la primera vez que el municipio de Los Barrios pasa por una situación similar a la que se encuentra actualmente. Su deteriorada economía y su maltrecha administración es consecuencia de la nefasta gestión llevada a cabo por un equipo de gobierno incompetente, inepto e inoperante que no ha sabido gestionar adecuadamente los fondos públicos recibidos de forma generosa, habiendo hecho del dinero de todos los barreños un mal uso y abuso inflando desmesuradamente la nómina del Ayuntamiento practicando el enchufismo, el amiguismo y el nepotismo para comprar voluntades y así mantenerse en el cargo.

Sí, no es la primera vez. Me voy a referir a la vez anterior que el municipio de Los Barrios padeció ?al igual que ahora- una desastrosa organización económica y una deficiente y lamentable situación de los servicios públicos. Y para ello vayámonos a la historia. Desde que comenzó la contienda civil (año 1.936) hasta el año 1.949, se sucedieron en el Ayuntamiento de Los Barrios diez alcaldes que llevaron a la administración municipal a tal situación de abandono que en fecha 3 de marzo de 1.948, ostentando la alcaldía don Francisco Ristori y Guerra de la Vega, oficial de la Armada retirado procedente de San Fernando, cae el municipio en régimen preventivo de tutela, nombrándose por el Gobernador Civil de Cádiz una Comisión Técnica de Asesores, compuesta por don Federico Morales del Campo, Secretario del Ayuntamiento de Barbate de Franco y don José Suárez Rodríguez, Interventor del Ayuntamiento de Tarifa, que actuando en comisión de servicio intentan aclarar y sanear la mala gestión financiera por la que pasaba el pueblo debido a la incuria y ausencia del sentido de responsabilidad de aquellos ayuntamientos en el manejo de los recursos del municipio. “El pago de haberes al personal sufría constantes y prolongados retrasos”; “En la Caja no había ni para comprar material de oficina” ; “al Estado y a la Diputación Provincial se le debían sumas enormes”; “los edificios públicos se caían de no ponerles una mano encima”; “las calles abandonadas”; “el servicio de suministro de agua y el alcantarillado no existían”, etc.

A aquella situación de caos y de insolvencia había que poner fin. Pero, ¿Quién le ponía el cascabel al gato?. Formaba parte, como concejal del Ayuntamiento, en aquel entonces un señor llamado Don Juan Rodríguez Rodríguez, que aunque nacido en Cortes de la Frontera, había pasado su niñez en una finca del término de Los Barrios. Este señor, ya como oficial retirado del ejército, casado y sin hijos, había fijado su domicilio en la finca de su propiedad Villa Coca de esta localidad. Desde allí llevaba la administración de la Dehesa la Granja propiedad, por aquel entonces, de doña Micaela Carranza y Gomez. El Gobernador Civil, ante la tremenda situación de desgobierno del pueblo de Los Barrios y, posiblemente, llevado de ciertas recomendaciones de personas influyentes de la capital, decide nombrar “ex profeso” -alcalde de Los Barrios a don Juan Rodríguez Rodríguez, persona austera de reconocida solvencia moral y económica que tenía demostrada su fiel condición como administrador de bienes ajenos y fama de hombre que no se casaba con nadie y que para él al “pan, pan” y al “vino, vino”, quién toma posesión del cargo el 17 de Junio de 1.949.

Don Juan Rodríguez Rodríguez, alcalde de Los Barrios (1949-1954)

A partir de entonces comienza a trabajar e inmediatamente encarga una auditoría que con el nombre de “Apuntes sobre la administración Municipal de Los Barrios en los años de mil novecientos cuarenta y ocho a mil novecientos cincuenta”, redacta don Francisco Briceño Perez, Interventor del Ayuntamiento de Medina Sidonia, que figuró en aquella fecha como asesor técnico de la Corporación, quién señala las reglas maestras que había que emplear para sacar la administración municipal a flote. Ni que decir tiene que inmediatamente se pone manos a la obra y con todos los concejales, un grupo de personas serias, responsables, con sentido común, económicamente independientes, representantes de todos los sectores de la población, conocedores de la problemática de los ciudadanos y dispuestos a trabajar por el bien del pueblo y sin cobrar sueldo alguno se ponen a trabajar. Así es como en poco tiempo ?hay que recordar que don Juan Rodriguez estuvo solamente cinco años de Alcalde-, pasó la situación económica de caótica a boyante y los presupuestos de deficitarios a con superávit. Y sí hubo quien le pusiera el cascabel al gato.

Como dato anecdótico que acredita la buena labor llevada a cabo por aquel alcalde comentaré aquí aquel hecho que con motivo de la inauguración en el año 1.953 por el Ministro de Obras Públicas don Fernando Suarez de Tangil, Conde de Vallellano del nuevo puente construido sobre el río Palmones, llamado “de la Celupal”, le dice don Juan Rodriguez: ” …Sr. Ministro, quiero que me dé Vd. autorización para llevar el agua al pueblo de Los Barrios. A lo que el Ministro contestó: ¿Y el dinero?. Y le contesta el Alcalde: El dinero lo tengo yo. Entonces mañana mismo, cuando esté en Madrid daré las ordenes oportunas.

¡A ver quien es el guapo que sesenta años después le vuelve a poner el cascabel al gato!

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