Redacción | Los Barrios
Hace unos años apenas nadie contaba con una máquina de coser en casa. Con la llegada de las cadenas de ropas low cost, todos se sumaron al consumismo exacerbado y no encontraban el verdadero significado de pasar horas confeccionando sus propios modelos. Pero afortunadamente los tiempos han cambiado y volvemos a reconocer el valor de hacer las cosas por nosotros mismos, siguiendo los procesos artesanales que tanta gratificación nos ofrece al crear con nuestras propias manos trabajos que logran la originalidad de diseños únicos y la satisfacción de llevar prendas que solo nosotros hemos creado.
Ahora, las máquinas de coser, y nos referimos a las máquinas de coser domésticas, vuelven a estar de moda, así como apuntarse a una academia de costura para aprender a sacarle el mejor partido a este arte textil, aprendiendo todo lo necesario sobre costura y patrones.
Internet; el gran proveedor de recursos
No podemos negar el gran avance que ha supuesto la llegada de la gran red global a nuestras vidas en cuanto a la democratización de la información. En el tema que nos ocupa no iba a ser menos, y el acceso a internet y a las redes sociales ha acercado la moda a millones de personas, pero no solo eso, sino que les proporciona los recursos para que puedan confeccionarse sus propios modelos con video tutoriales, descarga de patrones y otros muchos métodos.
Otro de los factores de este resurgir de la costura doméstica está relacionado con el alto precio de los modelos más exclusivos, y es que, si bien la ropa low cost y de mala calidad es muy barata, si queremos algo más especial, una prenda bien confeccionada y con un diseño innovador, el precio a pagar normalmente es demasiado alto para la economía de una familia media española, especialmente desde que comenzase la crisis. Este es uno de los principales motivos que impulsan a los ciudadanos a aprender a diseñarse ropas propias y exclusivas
Además, relacionado también directamente con la economía doméstica, no son pocos los que consiguen mediante las redes sociales y sus propias webs hacerse un hueco y vender sus propios diseños.
Y es que la moda actual tiende a la personalización y todos buscamos llevar esa prenda única que nos diferencie del resto y nos haga sentirnos realmente especiales con las ropas que llevamos puestas. Llamar la atención con modelos atrevidos en las redes sociales es un buen comienzo para captar seguidores, que son clientes potenciales y, como nunca sabemos quien puede llegar a ver nuestro perfil… ¿Quién sabe si una firma reconocida podría interesarse en nuestros diseños?
Sea por un motivo por otro, la realidad es que cada vez existen más personas que quieren customizarse su propia ropa o directamente crear sus propios diseños partiendo desde cero.
En ese sentido, y como ya comentábamos con anterioridad, internet es esa herramienta que te permite aprender cómodamente sin moverte de casa, y es que existen cantidad de cursos para estudiar costura a distancia, de tal modo que el estudiante pueda elegir y adaptar sus horas de estudio con sus obligaciones diarias. De esta forma es el estudiante el que elige el cómo, dónde, cuándo y cuánto tiempo dedica a este proceso de aprendizaje, sin olvidar la ventaja de decidir y marcar su propio ritmo de trabajo.
Con estos cursos se aprenden tanto técnicas de costura como patronaje, corte y confección y muchos de ellos ofrecen incluso prácticas formativas para que el estudiante pueda llegar a afianzar los conocimientos adquiridos. Al mismo tiempo, a través de estas prácticas en empresas, el alumno tiene la gran oportunidad de conocer de primera mano el mundo de la moda y la costura en un ambiente completamente profesional.
Ya solo quedará que comience a realizar sus propias creaciones y decida si le apasiona tanto como para dedicarse a este oficio en cuerpo y alma o se guarda todos los recursos que ha adquirido para sí mismo, para renovar su armario cada temporada o para hacer regalos a sus seres queridos, regalos muy valorados, pues no hay nada más bonito y personal que regalar algo hecho por nosotros mismo, donde además del valor estético o práctico, encontramos horas de dedicación y esfuerzo.
