Novena Provincia

Parece que la responsabilidad es toda nuestra

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Se nos dice, y con razón, que debemos permanecer en casa. También lo decimos nosotros, la mayoría de los españoles que estamos en casa y pedimos a esos irresponsables que también se queden en las suyas.

El contacto humano es la causa principal de expansión del virus y por eso el confinamiento total es la mejor fórmula para que podamos parar la expansión de manera exponencial que supone el contacto en la calle o, incluso, en el trabajo.

Si me quedo no contagio a nadie. Si salgo y estoy en la calle, puedo contagiar a los que están cerca de mí. Estos, a su vez, lo harán con otras personas con las que contacten. Y así, de manera exponencial se produce el contagio. Es un efecto multiplicador que tenemos que tratar de evitar en lo posible.

¿Cuál es nuestra misión? Quedarnos en casa. Y lo cumplimos en la mayoría de los casos. Y los descerebrados que se van a correr o a su segunda residencia, multa al canto.

La otra parte son los que tienen que salir a hacer los servicios fundamentales. Los sanitarios que están partiéndose el alma en su trabajo con el intento de curar personas, con falta de medios, reventados. Y encima con el colapso que les deja en algunos sitios como Madrid, el que ellos tengan que decidir quién entra o no en una UCI. Es decir, quien va a vivir o no.

Esto ya les va a dejar un hueco en el corazón para toda la vida. Es un auténtico estrés postraumático que se les quedará en el futuro.
Cuerpos de seguridad, supermercados, farmacias, transportistas, puertos, funcionarios que trabajan en condiciones penosas, voluntarios de todo tipo, dese Cáritas, Cruz Roja, Cofradías etc.

En definitiva, somos los ciudadanos quienes hemos asumido toda la responsabilidad de la crisis sanitaria. Unos, quedándonos en casa. Otros, en sus trabajos de riesgo absoluto defendiéndonos. Otros en casa y en el paro.
Y me pregunto. ¿Quién está detrás de todos nosotros?, ¿Quién nos protege?

Escucho en todo momento a un Gobierno que ha llegado tarde y mal a la crisis, aun sabiéndolo desde enero. Y solo me dan cifras, las vidas son números (2.182 en este momento) y el número de contagios que también sube de manera exponencial (más de 33.000), cuando hace solo veinte días nos decían que estábamos en un “Estado de contención totalmente controlado”.

Hoy, el mundo nos ha cambiado por completo, pero sigo teniendo la sensación de que no tenemos a nadie que nos proteja. No somos estadísticas, somos personas. Así que la solidaridad entre todos nosotros, los que nos quedamos en casa y los que se juegan la vida en sus trabajos. Aquí no hay nadie más. Y en el futuro ya nada será igual.

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