Refugiados: Mirar para otro lado

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Rafael Fenoy Rico | Secretario de Comunicación Educación de la Confederación General del Trabajo (CGT)

El 20 de junio se celebra el día internacional de refugiado. Por aquello de concienciar a las gentes de la dramática situación en que malviven y mueren millones de seres humanos. No obstante, los flujos migratorios producidos por la barbarie y el egoísmo de unos pocos no cesa, más bien se multiplica. Naciones Unidas y cientos de ONGs lanzan especialmente este dia llamadas a la solidaridad, en forma de donaciones, a la ciudadanía, a la que sutilmente, y de forma más o menos intencionada, se le hace corresponsable de estos desastres. Muy probablemente estos llamamientos parten de una buena voluntad que ha renunciado a un análisis radical de las causas que provocan esta horrible situación. La ONU manifiesta que “En un mundo donde la violencia obliga a miles de familias a abandonar sus hogares para salvar sus vidas, es el momento de demostrar que todos estamos de parte de los refugiados.”

Pero este organismo mundial y el conjunto de las ONGs, no señalan  quienes son responsables de la violencia que produce estos devastadores efectos en millones de seres humanos. Salvando la enorme distancia del ejemplo es como si, rota una tubería de agua, se inundase nuestra casa y lejos de cerrar la llave de paso para cortar la fuga nos dedicáramos a sacar muestras del agua vertida para analizarla y recogerla con un cubo de juguete, sin percatarnos que la inundación es cada vez mayor.

No ir a la raíz del asunto es simplemente apoyar la violencia, ya la ciudadanía es entretenida pidiéndoles donativos y haciéndola cuasi culpable de las situaciones de desprotección de las personas. Mientras tanto, los asesinos y genocidas campan por sus respetos forrándose,  a fuerza de explotar las materias primas y a las personas de los territorios asolados por las guerras, las guerrillas, las mafias… La persona refugiada no tiene otras opciones más que huir. La respuesta de los gobiernos se limita a dictar una ley que “garantice su  protección” (aquí, no allí) mediante  el derecho internacional. ¿El derecho internacional no actúa sobre la fuente de la violencia? Parece ser que no, ya que en el libre mercado el que las multinacionales sobreexploten los recursos naturales es “naturalmente” legítimo pues los gobiernos corruptos (aquí y allí) hasta el tuétano, sobornados por esos poderes económicos y financieros, legitiman son sus leyes este genocidio directo o inducido. ACNUR, el alto comisionado de naciones unidas para los refugiados, lanzó la campaña #ConLosRefugiados en junio de 2016 para pedir a los gobiernos que colaboraran y cumplieran con su deber (aquí y no allí) de protección El primer deber de los gobiernos, no es atender a los refugiados, sino  obligar el cese de la violencia de todo el mundo, (cortar la fuga de agua). Porque todo lo que no sea eso, es recoger el agua con el cubito de playa, y sin duda es mirar para otro lado.

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