Un edificio que es mucho más que eso

El domingo se celebró el bicentenario de la colocación de la primera piedra del histórico edificio que hoy alberga el Parlamento de Gibraltar

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Redaccion | Los Barrios

Hace dos siglos, el 16 de abril de 1817, los miembros más destacados de la sociedad civil y militar de Gibraltar, así como numerosísimo público, se dan cita en pleno centro neurálgico de la ciudad, lo que hoy es la plaza de John Mackintosh (la Piazza de los yanitos) para asistir a la ceremonia de colocación de la primera piedra de un nuevo edificio oficial: la Bolsa de Valores y Biblioteca Comercial (Exchange and Commercial Library).

Aquella fue también la primera piedra de la emancipación del pueblo gibraltareño de la dependencia del entramado militar colonial que sustentaba la sociedad del Peñón desde hacía más de un siglo. Fue la primera piedra del autogobierno de que hoy disfruta y, por tanto, la primera piedra de todo un símbolo del pueblo de Gibraltar.

La Bolsa de Valores y Biblioteca Comercial de Gibraltar

La fundación de la Bolsa de Valores y Biblioteca Comercial se explica por el estado de la sociedad civil de Gibraltar en aquel comienzo del siglo XIX, totalmente bajo dependencia económica, gubernativa y legal de la guarnición militar, al mando del Gobernador.

En el libro The Rock of the Gibraltarians del Gobernador de los primeros años 80 del siglo XX, William Jackson, se puede leer: “En Gibraltar, a los hombres locales de buena posición se les ha negado la posibilidad de ser socios de la biblioteca Garrison … Con el tiempo, [ésta] se convirtió en el núcleo social e intelectual de la guarnición, pero era tal la división entre las comunidades civiles y militares (un fallo común entre las sociedades coloniales británicas del siglo XIX) que los gibraltareños de alto estatus social no eran bienvenidos. Los hombres de éxito y con conciencia colectiva decidieron crear su propio club, al que denominaron la Bolsa de Valores y Biblioteca Comercial, cuyo Comité asumió gradualmente la tarea no oficial, aunque necesaria, de órgano representativo de la población civil. Su misión era la de actuar como nexo de la comunidad local en asuntos públicos y políticos, hasta que se creó el Consejo Municipal en 1921”.

Aquel club se convirtió en organización representativa de toda la sociedad civil de la ciudad y toda ella colaboró para su construcción y mantenimiento. En su fundación están representados los principales credos, una condición, la de unión de las diversas creencias en pos de un objetivo común, de la que históricamente ha hecho gala Gibraltar.

Así, en la placa conmemorativa, puede leerse:

“Este edificio se fundó por las aportaciones voluntarias de los comerciantes de Gibraltar. La primera piedra del edificio la pusieron hoy, 16 de abril [de 1817], Su Excelencia el General George Don [Gobernador de Gibraltar], el Vicegobernador, Mayor General Sir Charles Holloway, el Ingeniero Jefe David Johnston, Presidente de la Sociedad Mercantil (Merchants’ Society), en representación del credo protestante; y John María Boschetti, del credo católico y romano, así como Joseph Abudarham, en representación del credo hebreo”.

En aquel acto, el Vicegobernador declaró que el “florecimiento de la perseverante industria y la voluntad inquebrantable, bajo la influencia de Gran Bretaña, continuarán difundiendo sus beneficios sobre esta comunidad” y deseó que Gibraltar fuera “un ejemplo de la actividad comercial y de los recursos de nuestro país, y de la sensatez de sus leyes, sus políticas e instituciones”.

El monumento a los fundadores en el vestíbulo del Parlamento

Es importante destacar en el bicentenario del edificio a aquellos que lo hicieron posible y cuyo recuerdo está grabado en mármol en el friso del vestíbulo. Es más, muchos de los descendientes de aquellos próceres continúan residiendo en Gibraltar hoy en día: los Abecasis, Abudarham, Astengo, Attias, Balensi, Benoliel, Bensusan, Benzaquen, Bonfante, Bruzon, Cohen, Cortes, Danino, Felippe, Ferrary, Finlayson, Gaduso, Gambaro, Gordon, Hassan, Israel, Larios, Levy, Massias, Monteverde, Nahon, Parody, Pitman, Porral, Porro, Power, Scott, Serfaty, Seruya y Viale.

Además, había tres cónsules entre los patrocinadores de la construcción del edificio en el que hoy reside la soberanía del pueblo de Gibraltar y que es símbolo de la democracia parlamentaria británica, el de Cerdeña, el de Portugal y Antonio Fernández de Urrutia, Cónsul de España de 1810 a 1820.

Fue España, pues, parte integrante de la comunidad que dio el primer empuje al viaje de Gibraltar hacia la emancipación política bajo la Corona Británica.

Un edificio que es mucho más que un edificio

Sólo fue tras la I Guerra Mundial cuando el Peñón pudo dar otro paso en la conquista de las libertades civiles con la constitución en 1921 del Consejo Municipal y la celebración de las primeras elecciones, el 1 de diciembre de ese año.

Ya en 1950, tras la el retorno de la población gibraltareña de la dolorosa Evacuación, el empuje imparable de Joshua Hassan y sus compañeros consigue establecer un Consejo Legislativo, antecesor del parlamento actual, que se instaló en el edificio de la Bolsa, que aún sigue siendo su sede. Así, la democracia moderna de Gibraltar se asienta en aquella piedra colocada en La Piazza hace 200 años.

En resumen, bastan las palabras del poema Open the Doors (“Abre las Puertas”), de Edwin Morgan, citadas por Su Majestad la Reina en la apertura del Parlamento escocés, el 2 de julio de 2016: “Tenemos un edificio que es mucho más que eso”.

 

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