Esa es la prioridad y no la de hacernos la puñeta unos a otros porque resulta lamentable como se están poniendo dificultades en poner a disposición de las vacunaciones, a la Unidad Militar de Emergencia y a la sanidad privada (al ciudadano lo que le importa es la vacuna y que sea gratis, y nada más).
Dentro de unos días cuando la tercera ola se haga insostenible entonces empujará al Gobierno central y a los autonómicos a la rectificación y acabarán integrando a unos y a otros, y, mientras, nos hacemos la puñeta, cuando aquí de lo que se trata es de salvar vidas por lo público o por lo privado o por la UME.
Desgraciadamente, esta decisión se tomará cuando estén con el agua al cuello y se hará deprisa y corriendo, cuando todo esto se tendría que haber preparado en los meses de octubre y noviembre como dijeron los expertos. No dijeron que estaba preparado el plan de vacunación, ¿Dónde? Ahora coinciden las vacunaciones con el mayor número de contagios y hospitalizaciones.
La solución política no debe ser la de iniciar la campaña de vacunación a ritmo más lento, a ritmo de vacaciones.
Hay que pensar en la cantidad de gestiones que hay que llevar a cabo para vacunar a los dos millones trescientos mil mayores de 65 años que viven solos o solas en sus domicilios (estos que no están en residencias, pero que existen y hay que vacunarlos para que no se nos mueran solos en sus casas sin que nadie se entere). Y esto hay que hacerlo uno a uno. Todo esto necesita de mucha logística y no de enfermería, pero hay que hacerlo y ya. Y parece que ese colectivo no está en ninguna lista de prioridad.
Es triste ver como nos estamos acostumbrando al número de víctimas diarias y viendo como rutina la ruina de sectores económicos como si no pasara nada.
Desde marzo, nuestro gran siniestro diario es el coronavirus y, sin embargo, en muchas autonomías, se ha comenzado la vacunación a un ritmo lamentable.
Quedan por poner el 62,6% de las vacunas que hemos recibido y este lunes llegarán más. Pregunten en los cementerios, en las UCIs y también en las colas del hambre si se están dando prisa en aplicar las vacunas y las soluciones a todo lo que nos está ocurriendo.
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