Rafael Moll Gil | Periodista
Lejos de mejorar la ciudad de Los Barrios, tras los diez primeros meses de gestión de Romero en su segunda legislatura, empeora en materias tan apremiantes como la seguridad ciudadana y la limpieza. Si ya se. Ganó a pesar de eso las elecciones en mayo del año pasado, pero eso no me quita para que siga diciendo que cinco años después, con el de alcalde, esta población ha empeorado de forma ostensible. Trata de mala manera a los policías locales, a los que parece empeñado en no querer reconocerle sus derechos, con pocos medios y contando con la profesionalidad de la plantilla, que está muy por encima del carácter de este hombre.
Los Barrios ya no es tan seguro como antes, y buena prueba de ello es la cantidad de alarmas que en estos años han vendido las empresa privadas. La gente busca sus medios, viendo que con los altos impuestos que pagan al Ayuntamiento, ni tan siquiera tienen servicios decentes.
Lo de la limpieza es punto y aparte. Que una sola persona limpie algunas zonas un día a la semana, como en el caso de Los Cortijillos o La Dehesa, es de pena. Pero esto es general en todas las arterias de la ciudad. Los Barrios es ahora un pueblo muy sucio, porque su alcalde no pone los medios para que esté limpio.
Y ya si nos ponemos a mirar los bordillos, las aceras, incluso del mismo Paseo de la Constitución, nos damos cuenta de la inacción de Romero en esta materia. Ha empeorado la herencia dejada por el PSOE, por sus tres alcaldes, Rojas, Montedeoca y Gely Ariza. Esta ciudad estaba limpia y el alcalde, con ese aire vengativo en su gestión se encargó de despedir a un montón de operarios y privatizar un servicio que es un desastre. De las luces ni hablamos, puesto que ya hasta la empresa que lo hace debe a sus trabajadores meses, en un claro ejemplo de inutilidad en la gestión. Yo lo recuerdo, una ciudad de Los Barrios, limpia y acogedora, llena de verde natural y pulmón económico de la comarca. No fue un sueño.
Romero ha pasado otro fin de semana malo. Los tres alcaldes del PSOE, absueltos, por mucho que ahora con dinero de todos nosotros, sí de todos los barreños, decida recurrir. El alcalde se va acostumbrado a que todas las semanas, últimamente, son malas, con sentencias judiciales en contra. No gana para disgustos… y eso es poco para lo que se le viene encima.
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