Descubrimientos e Invenciones

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Ángel Tomás Herrera | Licenciado en Derecho

Se cumple ahora el 540 aniversario del nacimiento del astrónomo Nicolás Copérnico, aquél que enunció la teoría heliocéntrica del sistema solar, aquél que se atrevió a decir que la Tierra no era el centro del mundo, sino un planeta más de la Vía Láctea que giraba alrededor del sol. Un descubrimiento que paso a la Historia de las Ciencias y la Humanidad como uno de los más importantes, frente a la tradicional cosmovisión geocentrista de Ptolomeo. Entonces fue una auténtica herejía para la Iglesia Católica, que no perdonaba este tipo de elucubraciones, y si no que se lo digan a Galileo o a nuestro Miguel Servet, quemado vivo por sus diatribas sobre la Santísima Trinidad y por decir que la sangre circulaba por el cuerpo.

Desde el Renacimiento hasta nuestros días, muchos descubrimientos e inventores han seguido los pasos de Copérnico, por encima de condenas, ignorancias, herejías e incomprensiones. El afán por saber es consustancial al hombre, a pesar de la desidia, la recesión económica y la falta de inversiones en I+D, y prueba de ello son los descubrimientos e inventos que luchan por conocerse, por encima de las malas noticias, el desempleo, la corruptela política y los programas rosas. Por mucho vividor, mangante y cuentista que haya, siempre hay personas que entregan su vida al conocimiento, que trabajan por nuestro futuro y la Ciencia, atesorando en sus cabezas y laboratorios la infinita curiosidad humana de saber por saber, inventar lo no inventado y descubrir lo oculto.

No saber equivale a no valorar, y no valorar equivale a no querer. A pesar del exceso de información, la frugalidad de las noticias o el desinterés supino de muchos, desde el año pasado hasta hoy la lista de inventos o descubrimientos de importancia se ha triplicado, especialmente en campos como la medicina, química, biología, genética, astronomía y ciencias físicas de partículas. A los grandes inventos del siglo, como son Internet, automóviles eléctricos, energías solares fotovoltaicas, cirugía robótica con láser no invasiva, fibra óptica, microprocesadores, imagen por resonancia magnética, telefonía móvil, nanotecnología, pruebas de ADN y mapeo del genoma humano o biocombustibles, podemos unir numerosos descubrimientos e inventos que hacen creíble lo increíble y nos sumergen en la ciencia ficción.

Así por ejemplo, en la teoría de la física de partículas resultó importante el descubrimiento del “bosón de Higgs”. La partícula subatómica que podría ayudar a resolver el rompecabezas de la formación del universo hace 13.700 millones de años, y quizá sobre cómo terminará. Posiblemente cuando el sol se agote en 4.500 millones de años y se expanda, sepultando a la Tierra en ese proceso, si antes no se produce un universo “alternativo” que nos termine fagocitando. Junto a esta “partícula de Dios”, se han identificado nuevos planetas y galaxias, se ha iniciado la exploración de Marte y se ha demostrado la existencia de la llamada materia oscura y el papel de los agujeros negros en el Universo. Tan épico como “el bosón” ha sido el reciente descubrimiento del llamado “fermión de Majorana”, bautizado de esta forma por Ettore Majorana, que dedujo ya en 1937 su existencia a través de la teoría cuántica. Se trata de una partícula en la frontera de la materia y antimateria, ya que es partícula y antipartícula a la vez. Este oxímoron quimérico tiene efectos prácticos en el almacenamiento y procesamiento datos de los ordenadores, de forma más eficaz que los bits actuales.

La inventiva juega a veces con las leyes físicas, como ocurre con el tejido invisible que usa la refracción de la luz o la llamada “agua que no moja”- el llamado Novec 1230 -, inventado hace meses para extinguir incendios en oficinas e interiores sin provocar daños en el mobiliario y equipos electrónicos. Si esta patente parece agua y no lo es, que me dirán del “agua seca”, que siendo agua parece azúcar granulada. Cada partícula de “agua seca” tiene una minúscula gota de agua que está recubierta de nanopartículas hidrofobias de silicio que impiden que las gotas se recombinen para volver al estado líquido. Es un gran invento para absorber gases de efecto invernadero como el metano o el dióxido de carbono, y ayudar con ello a combatir el cambio climático. El agua que todo lo mueve está detrás de inventos polémicos como el supuesto motor de explosión con agua, inventado por el extremeño Arturo Estévez Varela a principio de los 70, o en el riego de las plantas de las que se extraen los nuevos biocombustibles, que junto al poder de la electricidad mueven los nuevos ecomotores. Incluso recientemente se ha descubierto como extraer combustible del aire, usando el dióxido de carbono y el hidrógeno del vapor de agua atmosférica.

Como si del Rey Midas se tratara, se ha descubierto una bacteria (Metallidurans cupriadvidus) que transforma líquidos tóxicos como el cloruro en oro de 24 quilates en una semana. Esta piedra filosofal que todo alquimista hubiese querido poseer, no sólo la detentan estas raras bacterias, sino otros organismos como es el hongo Pestalotiopsis microspora, recientemente descubierto en el Amazonas y que tiene la extraña habilidad de descomponer el plástico, comerse los poliuretanos, incluso sin oxigeno; fíjense que gran solución para nuestros vertederos. También podría reciclarse, como han hecho los ingenieros en el viaducto de 27 metros de Peebleshir – Escocia, cien por cien de plástico.

El mundo de la genética y la medicina también tienen numerosos hallazgos. Así por ejemplo se han descubierto nuevos tratamientos para los diversos tipos de cáncer; los múltiples usos de las células madre; una nueva terapia para el Parkinson con el uso de electricidad o el diagnóstico de la esquizofrenia mediante unas simples pruebas oculares. En vanguardia biológica y médica se encuentran muchos de nuestros científicos, como revelan los recientes descubrimientos de las células que causan la leucemia, la molécula que utiliza el VIH para propagarse por el organismo o el diseño de la primera vacuna contra el Alzheimer. Y por lo que afecta a la genética, cada vez tenemos más organismos genéticamente modificados – OGM en nuestra mesa y supermercados, desconociendo hasta que punto resultan perniciosos. Lo que sí es una realidad es la identificación del genoma humano, lo que ha llevado a descubrimientos recientes como la del gen causante de la sordera o el responsable de la forma de la cara. Muy interesante para los detentadores del poder, con una cara especialmente dura.

Desde el invento del velcro, post it o el bolígrafo de Ladislao Biro, el poder de las patentes rige nuestras existencias. Alguien sabía que se acaba de descubrir una mochila con la que se puede volar, el enigma de cómo los búhos pueden girar hasta 270º sus cabezas, que los ratones pueden cantar o que ciertas salamandras respiran sin pulmones y varios tipos de tortugas respiran por el ano. Sorprende saber cómo puede una cucaracha vivir sin cabeza durante días, el descubrimiento del gen que determina la hora de morir o el invento de una bala inteligente que puede maniobrar y alcanzar un objetivo ubicado a 2 km de distancia. En el mundo de la bioingeniería se ha presentado hace días a Rex, el primer hombre biónico creado con órganos artificiales, sangre sintética y extremidades que funcionan a la perfección. El listado de hallazgos e inventos no tiene fin.

En la robótica siempre resulta difícil reproducir el logro de las manos humanas o ese cerebro imperfecto del que habla Eduardo Punset. Aún así hay investigadores que van más allá y se adentran en la psique y los sentimientos, ubican el amor en el mismo lugar donde se origina el deseo sexual. Incluso médicos como Adam Ostrzenski se atreven a decir que han descubierto el punto G anatómico, desechando el mito y dándole ubicación, después de unas cuentas disecciones. Esto se completa con el invento del sujetador que se desabrocha con una palmada, bastante práctico.

Mientras los japoneses descubren el elemento 113 de la tabla periódica (ununtrium) y logran grabar en video por primera vez un pensamiento en el cerebro del pez cebra o un calamar gigante vivo en pleno Pacífico, matemáticos estadounidenses descubren el número primo más largo de la historia con 17 millones de dígitos – 257.885.161 – 1 – sólo para su escritura necesitaríamos 13.000 folios A4. Euclides, Pitágoras y Mersenne se sorprenderían de ver que aún se siguen descubriendo nuevos números primos, tan astronómicos y útiles para los sistemas de seguridad y encriptación de las telecomunicaciones e Internet, como inútiles para los profanos.

Observando las estrellas me siento insignificante y no puedo dejar de pensar que muchas de ellas ya no existen, han muerto, y a pesar de ello su luz sigue engalanando el fondo cósmico. Una luz que a pesar de su velocidad supersónica ha tardado en viajar hasta mis ojos más de 13 millones de años, sólo para hacerme sentir vivo por unos instantes. La infinita curiosidad está cosida a nuestra piel como nuestros pensamientos, que chocan con la miserable realidad que nos rodea. Pero no desesperen, si toda esta chapuza ignorante continúa, siempre nos quedará la ilusión de tener suficiente esperanza de vida como para conocer las posibles ventajas futuras de la tele transportación, bastante avanzada por los físicos cuánticos, que creen que la clave está en la conexión de las partículas. Así cuando uno deseé, se podrá quitar un ratito del medio.

“En algún sitio algo increíble espera ser descubierto”. Carl Sagan, astrónomo, astrofísico, escritor y divulgador científico – 1934 – 1996.

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