Monte de la Torre

Desde la celda del coronavirus

>
 

(Esta carta fue remitida a su compañera por un sanitario enfermo de ese maldito virus)
Para ti, amor de mi vida:

No sufras ni te angusties; este distanciamiento es temporal Nos ha separado este enemigo, esta pandemia que arrasa nuestro país. Al dar positivo, me ha llevado a recluirme en una habitación de mi hospital. Sí, a este centro sanitario que es como mi segunda casa. Deseo, antes de que me lleven a la UCI mandarte por mi WhatsApp esta carta. Cuanto me gustaría estar contigo en nuestro hogar abrazándote a ti y a nuestro hijo de cuatro meses. Espero, amor, que me lo detectaran antes de que os contagiara, pues sería muy triste que nos encontráramos ingresados ambos y, sin siquiera poder cogernos de la mano. Me suministran oxígeno pero me ahogo porque me falta el tuyo, tus caricias y besos, esas que, como sé que España y este hospital gozan de buenos especialistas en medicina, te daré muy pronto y, si no fuera así , dile, el día de mañana a nuestro hijo, que su padre marchó sin rendirse en su puesto de trabajo luchando y siendo víctima del virus y que, el mejor homenaje que me podría conceder es ser profesional de la medicina, que se dedicara a ello, para que demostrara que no tiene miedo a contagios cuando está en riesgo la vida de muchos.
Amor, no llores, piensa en todos esos bonitos momentos vividos juntos, y los muchos que estaremos si este Covid-19 nos deja, pues ahora estamos en sus manos. En tú última misiva, llena de amor y sentimiento, me decías que, si no fuera porque tienes que estar cuidando a nuestro tesoro, vendrías a hacerme gestos de cariño y mandarme besos desde la calle a esta ventana de mi cuarto hospitalario. Aunque así fuera, no lo hagas, por favor, te quiero muchísimo, sigue los consejos que nos da el gobierno. Cariño, procura no salir a la calle para no contagiarte ni contagiar. Yo lo contraje, vida mía, porque me sorprendió el ladino en mi puesto laboral, ejerciendo esta grandiosa profesión que admiro y por la que siento gran vocación, la medicina. Vida mía, desearía estar sano para seguir gozando el gran amor que nos tenemos y, sobre todo desarrollando este trabajo en el que hoy tan agobiados están mis colegas de profesión. Necesitan medios y la ayuda de los que estáis fuera cumpliendo las normas establecidas. Amor, quédate en casa que nuestros corazones se aman y esta sociedad, que somos todos, resistirá. Con cariño solidario frenaremos este mal y no quedarán más corazones rotos porque este enemigo los rompe. Pueden faltar recursos pero que no falten nunca los sentimientos.

Cuento con salir de aquí, de esta cárcel en la que se ha convertido el lugar que tanto quiero, mi querido hospital y volver a él , pero sano y salvo, para recordar esta triste fase como algo del que no estamos inmune nadie, y menos los que más expuestos estamos, los que nos hallamos en primera línea, los sanitarios.

Te quiero, mi amor y, por eso, cuando leas esto no llores porque tenemos que vivir muchas primaveras. Nos necesita nuestro hijo y la vida que la tenemos consagrada a él. Que Dios nos ayude para que no quede huérfano de padre. Que este coronavirus no mate vidas y con ello amores. Te adoro y , aunque este malvado conmigo acabe, siempre te amaré por eso no podrá evitar que si así fuera, antes de cerrar mis ojos exhalaré mi suspiro por ti, mi enfermera de amor, gracias a ti conocí el verdadero y único amor.

Desde la distancia física, nunca sentimental, muchos besos de todo corazón.

Deseando y esperando salir indemne de la cárcel del coronavirus.
Fdo, El médico que necesita cura.

Noticias de la Villa y su empresa editora Publimarkplus, S.L., no se hacen responsables de las opiniones realizadas por sus colaboradores, ni tiene porqué compartirlas necesariamente.

Noticias relacionadas

 
25 abril 2024 | Patricio González García
Vendiendo humo
 
23 abril 2024 | M. Carmen García Tejera
Crónica del amor mutado en piedra de Carlos María Maínez
 
23 abril 2024 | Rafael Fenoy Rico
Holocaustos del Nazismo y del Sionismo